La dieta mediterránea “reduce en un 66% los problemas circulatorios, en un 30% los infartos e ictus y en un 68% el riesgo de padecer cáncer de mama”.
Entrevista al Profesor Miguel Ángel Martínez González en El País Semanal.
En 1966, en EEUU, el Instituto de Investigación Dental, desarrolló un programa de investigación con la idea de erradicar la caries en 10 años. El Programa Nacional de Caries nació en 1971 y en colaboración con la industria azucarera debía encontrar la fórmula para conseguir dicho objetivo. Existían pruebas claras de que el azúcar que contenían muchos alimentos procesados era el causante de la gran mayoría de caries. Sin embargo, la industria azucarera en lugar de optar por reducir la ingesta de azúcar optó por una fórmula menos sutil: se convirtió en la principal fuente de financiación de investigaciones odontológicas que iban desde el desarrollo de una vacuna contra la caries hasta productos cuya composición incluía enzimas capaces de disolver la placa dental. Se trataba de desviar la atención sobre soluciones que se mostraban incapaces en lugar de apostar abiertamente por la disminución de la presencia de azúcar en los alimentos. Como consecuencia, el Plan Nacional de Caries supuso una oportunidad perdida por lo que respecta a la salud oral.
Este es solo uno de los muchos ejemplos en los que las fuentes de financiación terminan modelando el desarrollo de las investigaciones para que favorezcan a sus propios intereses.
Hoy, cuando el azúcar se ha convertido en enemigo público de nuestra salud y ya se implantan tasas que graven su consumo, se siguen alzando voces de alerta que tratan de advertirnos del peligro aportando, esta vez sí, soluciones ajenas a los protagonistas de la propia industria. Es el caso del Dr. Miguel Ángel Martínez González, una de las mayores autoridades sobre dieta mediterránea y sus efectos sobre nuestra salud. Un experto en lucha contra la obesidad que trabaja para lograr una sociedad más sana y que, al tiempo, nos habla sobre actitudes poco éticas de algunas de las principales empresas alimentarias. Un “sabio” que igual reclama subvenciones para los alimentos sanos que penalizaciones para los malos. Alguien capaz de comparar las estrategias de las empresas alimenticias con las que usaban hasta hace bien poco las tabaqueras.
El Dr. Martínez González es catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra y también de Harvard, pero es, ante todo, un insistente investigador responsable del estudio Predimed: diez años de trabajo sobre un grupo sano de más de 7000 personas para constatar los efectos de la dieta mediteránea sobre la salud. En poco menos de un año tendremos a nuestro alcance los resultados de un estudio cuyo máximo responsable dice que puede ser demoledor. Por el momento arroja datos como los siguientes: la mediterránea es una dieta que “reduce en un 66% los problemas circulatorios, en un 30% los infartos e ictus y en un 68% el riesgo de padecer cáncer de mama”
En la entrevista que publica El País, el Dr. Martínez González nos habla de la paradoja de saber que, a pesar de que nuestra dieta es la mejor, el número de obesos se incrementa año tras año debido, sobre todo, al consumo en exceso de carne roja procesada, una costumbre importada de EEUU: hamburguesas, salchichas…
Frente a ello, se propone el consumo “de aceite de oliva virgen extra, frutos secos, frutas, verduras y legumbres” el pescado frente a la carne y de ésta, carne magra como la de ave o conejo. Y, por su puesto reducir el consumo de azúcar.
Con todo hay que estar alerta y permanecer atentos a las estrategias de unas empresas que buscan “facilitar” la elección del consumidor presentándole alimentos “ultraprocesados, con gran densidad energética porque les han metido mucha grasa, azúcar y sal”.
Con respecto al azúcar, el profesor es contundente: junto a las grasas es uno de los alimentos más perjudiciales. El azúcar se añade en exceso a alimentos que no lo necesitan y, sobre todo, en productos de consumo para niños creando “sabores extradulces” que terminan por enganchar a los más pequeños: de este modo “el zumo de pera es más dulce que la propia pera” y, por tanto, más atractivo.
En un momento en nuestras expectativas de vida no dejan de crecer es crucial saber responder al paso de los años con una calidad de vida adecuada: comer sano, poder masticar adecuandamente lo que comemos y mantener unos hábitos de vida saludables se convierten en requisitos imprescindibles.
Todo esto y más en una entrevista que, seguro, no te va a dejar indiferente.
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