Celebramos el Día Internacional de la Mujer un año más y, sabiendo cómo está el mundo en cuestión de desigualdades por género, nos preguntamos qué ocurre en el sector dental. Y he aquí algunos datos que son determinantes: las mujeres son ya mayoría. Hay un 16% más de mujeres dentistas que de hombres y, desde 2011, la cifra sigue subiendo hasta alcanzar un 56% de profesionales odontólogas. No ocurre lo mismo en el sector protésico, donde las mujeres solo representan el 23% del total. La predominancia de la mujer sobre el hombre en nuestro campo debe achacarse, también, a que más del 60% de los profesionales que ejercen la odontología tienen menos de 45 años lo que quiere decir que la mayoría pertenecen a una generación que ha tenido más igualdad en cuanto a las oportunidades de acceso a la educación. Pero no siempre fue así. Hoy, queremos rendir homenaje a esas pioneras de la odontología que supieron abrirse camino, contra viento y marea,, en una España rancia en el que la vida d ela mujer venía definida por refranes tan increíbles como ciertos: «La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa».
Rescatamos un artículo publicado por Belén García Collantes en marzo de 2014 por la Biblioteca de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid. Una mirada retrospectiva titulada «Homenaje a las primeras mujeres dentistas de España».
«Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la Biblioteca de Odontología quiere rendir un pequeño homenaje a las primeras mujeres dentistas en España, que como todas las mujeres tuvieron que luchar contra viento y marea para poder ejercer una profesión considerada de «hombres».
El papel de la mujer en España del siglo XIX era ser «buena esposa y buena madre», y por supuesto la mujer no existía en la Universidad ni en las Academias. La lucha de estas mujeres fue heroica ya que tenían la oposición de sus propios familiares, de los centros de enseñanza que no las admitían y de los organismos sanitarios que las llenaban de obstáculos para ejercer.
Pero a pesar de todos estos obstáculos, la perseverancia y los grandes esfuerzos de mujeres como Manuela Aniorte y Paredes de Sales y Doña Dolores González lograron ganar su lugar dentro de los dentistas hombres.
En España, a principios del siglo XIX, comienza a ejercer la primera mujer dentista llamada doña María Rajoo, hija del médico don Juan Rajoo. Otra mujer muy importante, Manuela Aniorte y Paredes de Sales, viuda del dentista Francisco de Sales, ejerció la profesión de su marido siendo autorizada con el título de dentista expedido por la Universidad de Valencia. En 1873 publicó el «Arte del Dentista» que se convierte en el primer libro de Odontología escrito por una mujer.
El 14 de Julio de 1883 es una fecha muy importante para la historia de la mujer odontóloga en España. El Rey Alfonso XII autorizó a las mujeres a ejercer la profesión de cirujano-dentista «en las mismas condiciones que los hombres». Esta Real Orden fue publicada en la Gaceta de Madrid del 15 de Julio de 1883.
Hasta 1908 no encontramos graduación femenina alguna, año en el que obtiene su título Clara V. Rosas que se convierte en la primera odontóloga titulada española. En 1910 se firmaba en España la Real Orden que permitía el acceso de las mujeres a la Universidad, gracias a que muchas de ellas reclamaban sus derechos de manera persistente.
Por último, me gustaría destacar, ya en pleno siglo XXI, la figura de una odontóloga belga, Michelle Aerden, que en el año 2005, entró en los anales de la historia como la primera mujer odontóloga que ha obstentado el cargo de presidenta de la FDI (Federación Dental Internacional).
Gracias a la lucha y perseverancia de todas estas mujeres, odontólogas o no, tenemos hoy día «casi» las mismas oportunidades que los hombres. A nosotras, las mujeres que hemos recogido el testigo, nos corresponde seguir luchando con el mismo ahínco y valor para eliminar ese «casi».
Despedimos este pequeño homenaje con estas palabras de Sofía Tartilan en 1877, pero completamente actuales: «…queremos una mujer ilustrada, instruida, apta para todo (..) para nosotras la verdadera emancipación consiste en sacudir el ominoso yugo de la ignorancia, que hoy nos hace esclavas del hombre, de la sociedad, de las preocupaciones y del fanatismo (..) el primer derecho que debemos conquistar es el de instruirnos, puesto que nuestras cualidades intelectuales son tan aptas para recibir la luz de la verdad y de la ciencia como las del hombre..»
En cualquier caso, dentistas o no, las mujeres son mujeres antes que nada y no hay que olvidar que, aún hoy, soportan, por ejemplo 2,5 veces más de trabajo no remunerado que el hombre: ese trabajo que queda por hacer cuando bajamos la persiana de la clínica. Ojalá esté pronto el día que no haya nada que reivindicar por el hecho de ser mujer.