Es curioso: algunos de los potenciales usuarios de implantes dentales en el futuro son los que hoy llevan piercings en la boca. Como decíamos en el anterior artículo de nuestro blog que dedicábamos a esas extrañas modas con las que hacemos sufrir a nuestros dientes, los humanos somos los únicos animales capaces de sacrificar nuestra salud por cuestiones que solo tienen que ver la moda. Porque aunque hubo épocas pasadas en que los piercings –entonces, claro, no se llamaban así- podían obedecer a cuestiones religiosas, tribales e incluso profresionales –no hay más que acordarse del aspecto fiero de algunos piratas-, hoy es poco más que un componente estético.
Si estás pensando en ponerte un piercing quizás te resulte útil saber qué riesgos se corren y seguir una serie de consejos que te ayudaran a minimizarlos.
En efecto, llevar piercing no es bueno para nuestra salud. No es una afirmación que no podamos sostener. Nos basamos en un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos llevado a cabo con estudiantes de entre 18 y 24 años, según el cual los daños son diversos y también severos y afectan a elevados porcentajes de la población. Y es que según este estudio el 72% de personas que se hacen un piercing sufren de complicaciones posteriores. ¿Cuáles son? Las vemos:
Y esto solo por lo que se refiere a los daños que pueden producirse en los días siguientes a la puesta del piercing. Porque lo peor puede venir después. Según este mismo estudio, también se producen lesiones periodontales y afecta tanto a tejidos duros como a blandos Da igual que el piercing lo tengamos en la lengua o en el labio, dentro o fuera de la boca. Veamos cómo puede afectar un piercing a nuestros dientes:
Por lo que se refiere a los tejidos blandos, los daños más usuales son:
Pero, con todo, lo que más preocupa a los odontólogos son las enfermedades periodontales que van a sufrir más del 48% de los portadores de piercings. Las perforaciones en los labios y en la lengua pueden dañar las encías y contribuyen a que se retraigan, dejando más expuestos los dientes ante infecciones que pueden ir desde periodontitis –afectando incluso la pérdida de piezas dentales- hasta endocarditis provocadas por bacterias que han pasado a nuestro torrente sanguíneo.
Si todavía no tienes claro si lo que quieres es un piercing en la lengua o en al labio, señalar que el primero es considerado por el Consejo General de Dentistas como la modalidad más peligrosa.
Otras lesiones que conviene tener en cuenta y que pueden resultar muy graves son las que pueden ocasionarse si tenemos la mala suerte de tragarnos un piercing. No es un supuesto hipotético. Es real y ocurre en más ocasiones de las que imaginas. Las consecuencias para tu aparato digestivo pueden ser muy serias.
En cualquier caso, si la decisión que has tomado es irrevocable y los problemas a los que puedes enfrentarte no te asustan, vamos a ofrecerte una serie de consejos para que, al menos, puedas tener más y mejores garantías para tu salud:
Bueno, para que no veas que exageramos te dejamos unos fragmentos de testimonios reales que hemos encontrado en uno de los foros más conocidos:
También puedes echarle un ojo a este artículo publicado en el Faro de Vigo el pasado verano.