La OMS acaba de hacer pública una lista -la primera- en la que recoge las 12 familias de bacterias más resistentes y que suponen una amenaza directa a la vida del ser humano. Con esta iniciativa la OMS quiere llamar la atención sobre una situación crítica que se nos está yendo de las manos. Apela directamente a las iniciativas de los gobiernos para estimular sus inversiones en I+D y tratar así de buscar a solución al problema porque, según indican desde la organización, si no tomamos la iniciativa los nuevos antibióticos que tanto necesitamos «no estarán listos a tiempo”.
Esta alarma está plenamente justifica: en el mundo se cuentan ya más de 700.000 casos de mortandad por bacterias resistentes. Esta misma semana se publicaba en prensa la noticia del ingreso de una profesora de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutese de Madrid, infectada con una bacteria contra la que no encuentran tratamiento. El problema, vemos, tiene ya nombre y apellidos.
En la lista ofrecida por la OMS destacan las amenzas de las bacterias gram-negativas, resistentes a los diferentes tratamientos y capaces de traspasar su carga genética a otras bacterias que terminan, también, volviéndose resistente a los fármacos.
La lista divide las bacterias en tres categorías según su grado de gravedad:
Prioridad crítica
1. Acinetobacter baumannii, resistente a los carbapenémicos.
2. Pseudomonas aeruginosa, resistente a los carbapenémicos.
3. Enterobacteriaceae, resistentes a los carbapenémicos, productoras de betalactamasas de espectro extendido (ESBL).
Se trata de bacterias que suponen una amenza en hospitales o residencias de ancianos y entre aquéllos pacientes que pueden requerir cateterismo en sus tratamientos. Estas bacterias se han vuelto resistentes a todos los antibióticos conocidos.
Prioridad alta
4. Enterococcus faecium, resistente a la vancomicina.
5. Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina, con sensibilidad intermedia y resistencia a la vancomicina.
6. Helicobacter pylori, resistente a la claritromicina.
7. Campylobacter spp., resistente a las fluoroquinolonas.
8. Salmonellae, resistentes a las fluoroquinolonas.
9. Neisseria gonorrhoeae, resistente a la cefalosporina, resistente a las fluoroquinolonas.
Prioridad media
10. Streptococcus pneumoniae, sin sensibilidad a la penicilina.
11. Haemophilus influenzae, resistente a la ampicilina.
12. Shigella spp., resistente a las fluoroquinolonas.
En cualquier caso, como hemos comentado en otras ocasiones, no basta sólo con inversión en investigación. Hay que abordar el problema desde un punto de vista educacional para que, desde el punto de vista de la salud, tanto médicos como pacientes seamos conscientes del uso racional de los antibiótico y, desde el punto de vista de al alimentación, se establezcan mayores y mejores controles en el uso de antibióticos para cría animal y consumo humano.
Fuente: OMS
https://goo.gl/BsLuKS