Aunque nos esforzamos cada día por estar en vanguardia de la implantología dental, hay que reconocer que los implantes ya vienen de lejos y que son muchas las culturas que se preocuparon por mantener su boca en las mejores condiciones posibles. ¡¡¡Aunque no siempre lo consiguieran!!!
Hay indicios hallados en cráneos que parecen confirmar que ya el hombre de Cromañón sufría de caries. Veinte mil años después encontramos en el Valle del Indo utensilios que servían para perforar dientes. Y también la presencia de un oficio constatado: el de ayudante… ¡¡¡ que se encarga de sujetar brazos y piernas durante esas intervenciones!!! Afortunadamente el tiempo ha traído consigo mejoras que nos han hecho la vida un poco más fácil.
Los sumerios intentaron explicar la caries como producto de un gusano que iba dejando pequeños agujeros por los dientes.
Tres mil años de Cristo encontramos a los que podríamos considerar como los primeros profesionales de la odontología. Los egipcios realizaban extracciones dentales y drenaban abscesos como si tal cosa. De hecho a ellos les debemos el primer dentista de la historia: Hesi Re que vivió durante la Tercera Dinastía y a quien se le debe haberle dado a la odontología la importancia que requiere e integrarla como una disciplina más de de la medicina
Sin duda, una de las culturas más avanzadas es la etrusca. Se desarrolla entre los siglos IX y I adC en lo que hoy sería la Toscana italiana y ellos sí que incluyen soluciones odontológicas avanzadas preocupados por mantener una higiene dental lo más adecuada posible. A ellos se les debe el desarrollo de ciertos instrumentos quirúrgicos e incluso de prótesis dentales hechas con láminas de oro. También fueron los primeros en utilizar marfil y conchas de mara como materiales para implantes.
La pieza de la foto corresponde a la que se considera la primera prótesis dental fija de la historia elaborada con una chapa de oro que sujetaba piezas trabajadas a partir de otros dientes de animales.
Sin embargo, para encontrar el primer implante del que se tiene constancia como tal, tendremos que esperar a la civilización maya. Una mandíbula femenina datada del año 500 dC, muestra un implante de concha de mar que aparece perfectamente integrado en el hueso. Para los mayas, las intervenciones en los dientes eran también una cuestión meramente decorativa a partir de incrustaciones de metales y priedras preciosas.
Desde entonces y hasta que Pierre Focuchar publicara la que es considerada la primera obra de la odontología moderna, habrían de pasar más de 1000 años en las que los problemas dentales van ser uno de los quebraderos de cabeza de médicosy, sobretodo, de pacientes. Y si no que les pregunten a los barberos de la Edad Media que igual servían para un roto que para un descosido. Pero esa es ya otra historia que, si os gusta, podemos relatar en otro post.